xoves, 9 de setembro de 2021

Ai-Torito, final feliz

Queridísimo Torito,

hace ya casi tres años que te escribí una carta cuando me enteré que habías sido adoptado, desde entonces supe muchas cosas de ti que me hacen inmensamente feliz. En un primer momento lo que nos dijeron de ti es que habías sido adoptado y que por temas de protocolo no podían ponernos en contacto con tu familia así que lamentándolo mucho estuvimos tiempo sin saber nada.

Después llegó la pandemia y en una noche de encierro alguien contactó conmigo por Instagram, ¡era tu madre! No la madre que te parió, sino la que decidió adoptarte. Lloré de alegría y emoción aquella noche, estaba como un niño la mañana de Reyes... no te lo creerías.

Me contó que después de tantas idas y venidas no eras aquel perro feliz que conocimos y describía con los ojos brillantes al hablar de ti. Eras un perro diez, alegre y algo apegado de más... Tu madre me contó que cuando llegaste a casa no eras la alegría de la fiesta como le habían prometido y que tuviste problemas de adaptación y en parte no puedo hacer otra cosa que sentirme algo responsable de ello. Estuviste con nosotras dos meses y cambiaste de hogar hasta en seis ocasiones... Nuestra casa siempre fue la tuya, pese a que a Koi no le sentaba bien tu presencia, se apagaba por momentos... ese fue el motivo por el que consideramos que este no era tu sitio y hoy lo sé firmemente, tu sitio es al lado de tu hermano Thor, con una familia en la que eres feliz, ellos te quieren y estoy segura de que tú le das mucho amor... Desde aquel día he recibido fotos y vídeos en las que te veo sonreír como sonreías con nosotras, hacer el payasete, correr, saltar y ser feliz...

Aitor y Thor, aunque para nosotras serás siempre Torito

Ai-Torito, no sabes lo que te seguimos queriendo... Nos alegramos inmensamente de que hoy seas feliz y lamentamos que el camino hasta esa felicidad haya sido tan zigzagueante. Tengo que confesar que tiempo después de tu marcha y adopción definitiva llegó a nuestra vida otra adopción fallida, como ya te dije en la carta anterior no deberían existir estas cosas pero siguen pasando. Lena vino después de la oportunidad que le dio una familia durante 12h, luego decidieron que era una perra agresiva y la devolvieron como quien devuelve un jersey en Zara.

Quería explicarte, Torito lindo, que si hoy Lena se ha quedado para siempre aquí fue por la vida que le devolvió a Koi, no porque la queramos más que a ti... en el fondo sois muy parecidos pese a las diferencias de color, tamaño y sexo... Me disculpo si te parece mal que ella se haya quedado y tú no, pero estoy convencidísima de que no cambiarías tu familia actual por aquel par de locas que tenían un galgo mayor apagadito y un colgado de la pelota. La vida en el fondo nos pone a todos en nuestro lugar, a unos antes que a otros... Nos marcaste como nadie, te quisimos y te querremos siempre y puede que en algún tiempo podamos reencontrarnos para darte un abrazo y conozcas a la hermana loca que no has tenido.

Pronto querido Torito, más pronto que tarde... siempre te querremos. Sigue siendo feliz amor de can


Ningún comentario:

Publicar un comentario