xoves, 29 de novembro de 2018

Amigos comprados. Capítulo I

Recuerdo aquellas navidades en las que me llevaron a casa, yo era a penas un bebé, sin saber cómo ni porqué me había separado de mi madre y me habían metido en una especie de pecera con vistas a la calle, por suerte cuatro de mis hermanos estaban conmigo. Un hombre de unos 40 años entró en la tienda y dio un par de vueltas mirando a todos los animales que estábamos allí, gatos, periquitos, canarios, conejos, peces, hámsters... llegó a la altura de mi pecera y nos miró a los cinco, nos acarició mientras movíamos la colita con la esperanza de que nos sacaran de allí. El primero en ser elegido fue mi hermanito pequeño Pipo, aquel humano lo levantó en brazos (como Rafiky a Simba en El Rey León) y de la emoción no pudo contener su orina, se meó. 

Con un gesto de asco bajó a Pipo y lo soltó de mala manera en la pecera, luego nos miró otra vez. Yo estaba sentado mirando aquella escena e intentando no reirme porque Pipo le había manchado un poco la gabardina a aquel desconocido, moví la cola y gemí. El hombre me sonrió y me cogió en brazos y fue hacia el mostrador:

- Me llevaré este, parece el más civilizado de todos - el dependiente lo miró estrañado y respondió:
- Perfecto, un golden blanco... ¡buena elección!

Me pusieron un collar rojo con unha capa de metal todavía sin grabar, eligieron algunos juguetes y me llevaron de la tienda. Según salíamos miré a la pecera donde quedaban mis hermanos gimoteando, aquella fue la última vez que los vi a todos juntos. Me llevaron a casa en coche, antes de entrar me pusieron un lazo enorme a juego con el collar en el cuello. Me engancharon una correa para que caminase hasta el interior de la vivienda donde vi por primera vez a mi mejor amigo, un niño de unos seis años llamado Bruno.

Entré en aquella enorme casa (para entonces así me lo parecía) medio deslumbrado por las luces de colores que colgaban del árbol, y los adornos... madre mía los adornos, pelotas para jugar, lanzos de los que tirar... sólo pensarlo se me hace la boca agua... Pero, no adelantemos acontecimientos, os estaba contando cómo conocía a mi mejor amigo.

El suelo de aquel sitio era maravilloso, madera calentita (y no la fría baldosa de la tienda) para mis delicadas almohadillas... me pusieron en el suelo del pasillo, al fondo el árbo y en el suelo jugando con un cochecito mi amigo Bruno. Su padre lo llamó pues no se había percatado de nuestra llegada:

- ¡Bruno, Bruno! Mira lo que traje, es tu regalo de cumpleaños - se giró un momento y en cuanto me vió soltó el cochecito con el que estaba jugando, se levantó y corrió hacia mi, yo me quedé parado a medio camino, aún no sabía de qué palo iba este niño.
- No seas tímido, dijo - no sé si por mí o por el pequeño humano - hay que ponerle un nombre...

Al llegar a un metro de mí, Bruno se detuvo a analizarme, se ve que no quería asustarme pero en su rostro vi la alegría y las ganas que tenía de achucharme. Yo me senté moviendo la cola, esperando a que mi nuevo amigo se decidiera a darme unos mimos ladré un poquito de la alegría (porque yo también estaba muy contento de conocerlo) y tímidamente el niño se acercó y suavemente me acarició la cabeza, se agachó y se sentó delante de mi. Yo salté sobre él de la emoción y el abrazo que me dio no lo olvidaré jamás, habíamos conectado. Nos quedamos un buen rato en el pasillo, las caricias y los rasquidos que aquel niño me brindaba eran como estar en el cielo.

- ¡Pupi! - dijo Bruno dirigiéndose a su padre - le llamaremos Pupi.

Se dirigió a mí y me invitó a que lo siguiese, quería enseñarme la casa como buen anfitrión. Yo sólo quería jugar así que perseguía sus pies e intentaba morder sus zapatillas con forma de elefante, me parecían tan simpaticas y tentadoras... Cuando estábamos en el salón me entraron ganas de hacer pis, fui a la alfombra más cercana y me agaché... ¡no podía aguantar más!

- ¡No! Perro malo - me gritó una mujer que acababa de entrar al salón - Eso no se hace ahí - miró a Bruno y dirigiéndose a él:
- ¿Te gusta? Ha sido idea de tu padre...
- ¡Me encanta! Es mi nuevo mejor amigo, se llama Pupi mamá - le contestó.
- Pues ahora debemos educarlo y enseñarle a hacer esas cosas fuera. Llévalo al jardín por si tiene más regalitos escondidos - le sugirió.
- Vale, avísame para merendar

Bruno me llevó al pequeño jardín de la casa, donde se econtraba también el garaje. Allí intentó jugar conmigo con una pelota de fútbol, yo quería morderla pero era demasiado grande. Al rato me trajo una pelota de tenis y me la enseñó, desde aquel momento me hice fan de los juegos con pelotas pequeñas. Bruno me lanzó la pelota cerca, yo intentaba perseguirla, pero me cansaba enseguida y me entraba el sueño. Entre juegos y pequeñas sientas fue transcurriendo mi primera tarde con Bruno... Su madre le llamó para merendar y volvimos al interior de la casa donde me dediqué a explorar mientras mi nuevo amigo se comía un suculento bocadillo de choped. Con la emoción de los juegos me había olvidado de hacer caca en jardín y un apretón muy grande mi invadió el cuerpo, corrí como pude hasta la puerta de entrada y allí "planté mi primer pino" (menuda expresión utilizan los humanos). Esta vez el padre de Bruno me pilló en el asunto:
- ¡No! - gritó con su voz grave - ¡Eso no se hace! - me avergoncé enseguida y me quedé sentado con la cabeza gacha.
- Empezamos bien -dijo la madre desde el otro lado del pasillo- no lleva ni cuatro horas aquí y ya se lo ha hecho en casa dos veces.
- Es un bebé y todavía no sabe dónde tiene que hacer sus necesidades, aprenderá. Esta raza de perro es muy inteligente y buena, ya lo verás - se acercó cariñosamente a ella y la besó. Fue a la cocina a por una bolsa y algo para limpiar mi "regalito".

Volví al salón donde estaba Bruno, no sin antes inspeccionar el árbol de navidad, me parecía muy atractivo toda aquella parafernalia colgada, sobre todo las bolas tal relucientes. Como mi amigo no había terminado de merendar volví al árbol y cogí una de las bolas que estaban a mi altura, no me costó demasiado. La intentaba morder y se me escapaba, no era como la de tenis, era dura y tenía un efecto espejo muy simpático (cada vez que me acercaba para intentar morderla veía mi nariz aumentada y eso me causaba risa). Bruno me vio perseguir aquella bola y empezó a reirse, traté de acercársela para seguir jugando. El padre de Bruno me pilló y me sacó el juguete:
- Con eso no se juega - dijo y me ofreció a cambio un hueso de goma que pitaba al morderlo (un buen cambio). Después se dirigió a su hijo - Bruno, no dejes que el perro juegue con los adornos del árbol, los puede romper y lo que es peor, pueden sentarle mal si se astilla cualquiera de las bolas y se traga un trozo. ¿Vale?
- Entendido - respondió Bruno con la boca llena, se había metido del tirón el último trozo de bocadillo que le quedaba.

Jugamos toda la tarde en el saló y de vez en cuando me sacaban al jardín con el fin de que consiguiera hacer mis necesidades allí. No sería aquel día cuando aprendí que el pis y la caca se hace de la puerta para fuera, pero empezaron a repetirme patrones de comportamiento. Si hacía un pis en casa me decían "no" y me sacaban. Con toda la emoción de aquella tarde ni siquiera había tendio tiempo de pensar en mis hermanos, pero llegó la noche y los humanos se fueron a dormir. Yo me quedé en lo quera mi nueva cama en la cocina y me entraron ganas de llorar.

Lloraba porque ahora estaba sólo, porque pensaba en mis hermanos que se habían quedado en la tienda, porque echaba de menos a mi madre y porque ahora Bruno no estaba conmigo. Habían apagado todas las luces y cerrado algunas puertas de la casa, yo tenía miedo... deambulé a oscuras por el lugar y  lloré cada vez más alto, en la cocina el suelo estaba frío era de baldosa como el de la tienda aquella de la que venía... Si me tumbaba en el suelo me daba frío en la barriga así que me fui a mi camita donde seguí llorando. Escuché un ruido, una puerta parece haberse abierto y una luz se encendió (pude verlo por la ranura de la puerta), unos pasos se acercaban y alguien abrió:
- ¡Shhhh! Calla - dijo la voz de mi amigo Bruno entre susurros - ¡Ven conmigo!
Perseguí sus pies hasta su habitación, me ayudó a subirme a su cama y se metió en ella. Yo me quedé encima del edredón al lado de su cara, con mi cabeza en aquela almohada tan cómoda, gemí un poco en señal de agradecimiento y él me abrazó. Nos quedamos dormidos enseguida. Ahora sí que estaba a gusto, el miedo se había ido y las ganas de llorar también. Seguía pensando en mis hermanos y en lo que echaba de menos a mi madre pero por lo menos tenía un amigo y eso me consolaba.

Aquella fue la primera noche que dormí con Bruno, después se convertiría en algo habitual. Pasaron los días y la familia vino a cenar en navidad, los primos de Bruno jugaron mucho conmigo y parece ser que a algún adulto no le gusté demasiado. Yo intentaba poner siempre mi mejor cara y ser entrañable, a veces me sentaba y ponía mi cabeza de lado mirando a los humanos que nos visitaban (eso causaba sensación en la mayoría de la gente)... Pasaron aquellas fechas navideñas, después llegó el caranaval (vaya sustos con algunos disfraces), y Semana Santa. Yo crecía a pasos agigantados...

mércores, 21 de novembro de 2018

Miércoles reflexivo

Hoy estoy reflexiva y además en castellano, para que todas las peronas del Estado pueda entenderme. Es obvio que me gustan los perros y los gatos, de echo siempre me han gustado y soy de esas persoas afortunadas que toda su vida ha crecido entre ellos. En mi casa siempre ha habido perros y gatos, ellos eran animales de compañía y como tal eran parte de la familia. Lloramos muchas pérdidas y nos dijimos una y otra vez que no volveríamos a pasar por ese dolor que produce su marcha. Por suerte y por desgracia (suerte la nuestra y desgracia la del animal) siempre había un perro o gato que aparecía en nuestras vidas y al mirarles no podíamos cerrar nuestro corazón y mucho menos la puerta de casa.

Recuerdo que me hablaron de animales que no llegué a conocer (Chiña, Mamo...) otros perros los rescuerdo porque tuve trato con ellos Amis, Napo, Lonxe, Nuca, Yaky, Spanky, Brush, Odie, ... y gatos: Roxo, Rufo, Pelu, Trudi, Pepa, Negri, ... He vivido varios partos de nuestra primera gata, la ilusión que me hizo ver nacer a Trudi y a sus hermanos, inlcuso al que nació con parálisis y que tras varios días no pudo salir adelante... He adoptado hasta pichones el tiro que rescatamos de la Isla de A Toxa cuando los pijos iban allí a pegarle tiros a palomas sin cola... Siempre sufriendo los abandonos de algunos animales que llegaron en malas condiciones a casa, llorando la muerte de todos los que he enumerado y otros que ahora mismo no recuerdo... Una vez, otra vez, y otra... y esto en un barrio de un pueblo relativamente pequeño y a una muy corta edad.

Me independicé y me mudé a la ciudad gallega con más perro por habitante, Vigo. Una ciudad con pocas infraestructuras para nuestras mascotas caninas... pero no quería hacer política y criticar las deficiencias de esta ciudad así que pasaremos por encima este comentario (ya me explayaré en otra ocasión). Como seguía en contacto con los animales de casa, una perrita y varios gatos no echaba de menos el contacto animal en mi vida diaria... con el paso del tiempo me enamoré y por primera vez me fui a vivir en pareja. Aún no sé muy bien como acabo con cachorro adoptado de una camada indeseada de la perrita de unos familiares de una amiga... el caso es que Lucky llega a casa y poco después Koi de la mano de Galgos 112 y gracias a mi esposa.

Yo, que no me gustaban mucho los galgos, acabo colaborando en pareja primero con una adopción y posteriormente con todas las locuras caninas que os he ido narrando estos últimos meses. ¿Por qué? Me pregunta alguna gente o ¿cómo? ... El cómo no lo sé muy bien, el porqué... ¡Pff! Es complicado explicarlo al detalle, pero de entrada mi amor por los animales heredado de mi madre, por haber crecido rodeada de pelos, porque ahora tengo una visión más genérica y global de la situación de muchos animales, sobre todo de perros de caza en este país de culto al maltrato animal.

Sí, hablo de España como un país de culto al maltrato animal... Se exporta como imagen el toreo como pasión y culto español... ¡ESO ES DE SÁDICOS! Disfrutar viendo como un animal muere torturado... NO ES CULTURA, porque si lo fuese deberíamos aceptar el canibalismo como gastronomía. Será tradición, pero esas cosas se cambian porque los pueblos evolucionan... ¿O a caso seguimos poniendo ante los leones a los esclavos? ¿O no hemos abolido la esclavitud? Todo eso era tradición y cultura en su época...

Cada día entro en las redes sociales y se me cae el alma a los pies, perros abandonados, maltratados, heridos, descuidados, desnutridos... algunos tiene la suerte de ser rescatados, otros se quedan en el camino... ¿Por qué seguir luchando por ellos si el sentimiento que te queda después de una mala noticia es desolador? ¿Habéis visto ese vídeo donde varios perros se despeñan porque el señorito cazado de turno no tiene ningún tipo de miramiento y los azuza? ¿Habéis leido algún comunicado de las diferentes federaciones de caza? Sí, muy señor@s mí@s cada vídeo, cada caso de maltrato te mina... ¿Y por qué hay gente que sigue en la brecha sin decaer en la lucha por los derechos de nuestras mascotas?

No puedo hablar por todo el mundo, puedo hablar por mí y os diré que muchas veces me entran ganas de llorar cuando veo estas injusticias, otras me emociono sólo con pensar en eso y me entran romper cosas... Pero luego miro a Koi, a Lucky, a Peta, a Tomi, a Ray o a Patus... y en sus ojos veo que mientras pueda ayudar a uno de esos seres cubiertos lo seguiré haciendo, el agradecimiento que muestran es mucho mayor que el de muchas personas. Por Koi colaboro con Galgos 112, me emociono y me implico, acogo cuando puedo... por Torito, por Penny... por ellos, porque la delegada de mi zona me contagia su ilusión, porque me resulta fácil un pequeño gesto que provoca tantas cosas buenas... Es abrumador el sólo pensarlo... Decían por ahí una frase que me encanta:

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo."

Y sí, prefiero hacer cosas pequeñas por y para nuestros amigos peludos porque ellos no defraudan y algunas personas en esta vida sí me han fallado. Con esto no quiero decir que haya perdido la fe en el ser humano ¡eh! ¿No quieres ser de esa gente pequeña en lugares pequeños haciendo cosas pequeñas? ¿A qué esperas? Si ves a un animal en apuros ayúdale, si ves un maltrato animal denúncialo, si puedes tener una mascota ADOPTA (NO COMPRES), HÁZTE CASA DE ACOGIDA, colabora con material en alguna protectora que lo necesite, con dinero si lo consideras oportuno, ayuda a pasear a los perros de los refugios... hay mil cosas que puedes hacer y que pueden no suponerte un gran trabajo. ¡AYÚDANOS A AYUDAR!

mércores, 14 de novembro de 2018

PHOENIX

Phoenix acaparando sofá.

Nome: Phoenix
Orixe: Valencia
Idade: 13 anos
Adora: Pasear, durmir e comer
Odia: a noite e sentirse so
Nunha palabra: avó

Breve historia: 

Pensamos que o noso puzzle estaba xa completo coa adopción de Galia, pero non! Phoenix é un can que foi devolto á asociación Galgos 112 despois de 10 anos adoptado en Valencia,  ao parecer el xa non encaixaba nos plans de vida da que foi a súa "familia" (imos obviar pronunciarnos ao respecto). Foi un frechazo! Este galgo chegou en condicións de descoido, daba a sensación que fora sacado dun trasteiro tras 10 anos alí metido. Dende o minuto 1 adaptouse perfectamente ás nosas vida. Como bo galgo é un acaparador de sofá, encántalle pasear e maila a súa idade fai piruetas dando voltas sobre si mesmo da alegría que lle produce saír na compaña da súa familia. Cando chega a hora de comida é adorable... Non lle gusta nada a noite, síntese inseguro no patio cando o sacamos a facer o último pis do día e a súa teima é tratar de escaparse se te despistas (é como se temera que o foramos a deixar alí tirado coma un trasto vello). Hoxe vive feliz con unha FAMILIA de verdade que o adora e fai moi bo equipo coa súa irmá Galia, que gracias a el parece socializar máis coas persoas... Son tan adorables! Obviamente somos unhas vítimas máis desta marabillosa enfermidade de Galguitis Aguda... Ecnántanos!

María e familia


----------- VERSIÓN EN CASTELLANO -----------

Nombre: Phoenix
Origen: Valencia
Edad: 13 años
Adora: Pasear, dormir y comer
Odia: la noche y sentirse sólo
En una palabra: abuelete

Breve historia:

Pensamos que nuestro puzzle ya estaba completo con la adopción de Galia, pero no! Phoenix es un perro que fue devuelto a la asociación Galgos 112 después de 10 años adoptado en Valencia, al parecer no encajaba en los planes de vida de la que fue su "familia" (vamos a obviar pronuncarnos al respecto). ¡Fue un flechazo! Este galgo llegó en condiciones de descuido, daba la sensación que fuera sacado de un trastero tras 10 años allí metido. Desde el minuto 1 se adaptó perfectamente a nuestras vidas. Como buen galgo es un acaparador de sofá, le encanta pasear y pese a su edad hace piruetas dando vueltas sobre sí mismo de la alegría que le produce salir en compañía de su familia. Cuando llega la hora de comer es adorable... No le gusta nada la noche, se siente inseguro en el patio cuando lo sacamos a hacer el ultimo pis del día y su obsesión es escaparse si te despistas (es como si temiera que lo fuésemos a dejar allí tirado cual trasto viejo). Hoy vive feliz con una FAMILIA de verdad que lo adora y hace muy buen equipo con su hermana Galia, que gracias a él parece socializar más con las personas... ¡son tan adorables! Obviamente somos unas víctimas más de esta adorable enfermedad Galguitis Aguda... ¡Nos encanta!

María y familia

mércores, 7 de novembro de 2018

Progresos. Adopcións. Necesidades especiais

Bos días querid@s enferm@s de Galguitis Aguda,

haberá que xa esté ao tanto das cousas que veño a contar hoxe pero me apetecía facer un artigo de opinión persoal no medio de tanta presentación perruna. Ainda me queda por presentarvos a parte da miña familia animaleira: xa coñecedes a Lucky e a Peta, Koi non te ficha pero xa vos falei del, Tomi (alias Oligofrénico) foi a última incorporación, e @s gatiñ@s da casa de miña nai tamén son membros da familia (Ray, Patus e Blanqui, recentemente perdemos a Negri).

Hai uns días Koi sorprendeume gratamente, despois de cear se veu comigo ao sofá e de forma tontorrona se puxo a xogar comigo e con Lucky a facer que nos mordía. Case se me saltan as bágoas da emoción! O 1 de xullo fixo dous anos da chegada de Koi á nosa familia e dende entón non fixo máis que mellorar tanto física coma mentalmente... Ao principio viña moi apagado, pouca enerxía e inmunodeprimido, era extremadamente tímido e os fenobarbitais que tomaba non lle axudaban... por non falar do aspecto físico: desgarbado, con pouco pelo nas patas e na cara. No primeiro ano de estancia aquí Koi recuperou moito e volver ser un can lustroso, maila os seus problemas de pel, e activo nos paseos... A primeira vez que xogou a corretear pola area con Lucky case choramos da emoción!!

Pois pasaron dous anos e 4 meses para voltar a emocionarnos... Koi remata de cear e se pon a xogar comigo no sofá facéndose o interesante en plan "vouche morder", como Lucky se pon celoso e quere formar parte deste momento e así rematamos os tres facendo o tonto no sofá unha noite de outono. Ao mellor pensades que son unha esaxerada ou ao mellor, coma nós, tedes un can dos que chaman "con necesidades especiais" e resulta que sentides o mesmo cando fai un avance... a min resúltame emocionante e éncheme de gratitude ver que os nosos esforzos fan que animaliños coma Koi progresen nun entorno de amor coa súa familia.


Permitídeme un consello: se vos gustan os animáis e tedes pensado adoptar, recoméndovos facelo con un animaliño adulto que teña algún tipo de necesidade especial. Os cachorros gústanlle a todo o mundo es son máis fáciles de "colocar", pero a un animal adulto (e ainda encima con necesidades especiais) resúltalle máis facil atopar unha familia que o queira. Ah! E unha observación máis, teño leido por ahí que tanto os cans como os gatos negros son máis difíciles de buscarlle un fogar (no fondo somos uns racistas e parece que a cor e a raza importan)... As canceiras e asociacións de protección de animáis precisan de xente coma nós, que decida adoptar un animaliño sen importar a súa idade, a súa cor e se ten ou non algún tipo de necesidade especial... ANÍMATE E ADOPTA!!

PD: Recorda que @s amig@s non se mercan! ADOPTA, ADOPTA, ADOPTA... Sempre adopta!!

sábado, 3 de novembro de 2018

COOPER Y GRETA

Hoxe temos una dobre presentación! / ¡Hoy tenemos una doble presentación!
Izda GRETA / Dcha COOPER
Nomes: Cooper e Greta
Orixe: Linares, Jaén (ambos)
Idade: 4 aniños (ambos)
Adoran:
Cooper adora durmir, os mimos, xogar con nen@s e comer (nesta orde).
Greta adora comer, xogar con outros cans e nenos, revolcarse e bañarse na praia e dormir (tamén por esta orde).
Odian:
Cooper odia a auga.
Greta odia os garaxes e os espazos escuros e cerrados con portas metálicas (vaia, que curioso! Non?)
Nunha palabra:
Cooper é un galán e a delicadeza feita can.
Greta é un "bulldozer pizpirieto", imaxinádela?
Breve historia:


Cooper apareceu en Linares vagando polas rúas coa súa pata dianteira rota. Polo visto o seu dono vendoulla e o abandonou á súa sorte porque xa non lle sería para cazar. Cando o atoparon, a súa patiña xa soldara e quedara con unha deformidade que era difícil de poerar. Estivo nunha casa de acollida ata que pasou a unha das residencias da asociación. Alí estuvo outros seis meses convivindo de marabilla con outros galgos, ata decidimos que eriamos que formase parte das nosas vidas en Galicia e adoptámolo hai algo máis de ano e medio.

Dende o primeiro día que chegou á casa roubounos o corazón (e o sofá, claro), pero non o cambiariamos por nada. Ao principio tiña medo dos ruidos fortes e dos homes con gorra e bastón (tamén moi curioso)... pero pouco a pouco se foi facendo ao barrio e maila todo pasea todo estirado pola rúa buscando mimos e caricias de nenos e veciños que se acercan a saludalo. É un galgo nobre, bo e sensible. Non molesta. Non te enteras de que está. Sempre atento ao que fas, é coma unha bailarina coa súa "patiña de pau". Pasea con Greta, a súa compañeira, coma galán de cine polas rúas estirando o peito e mostrando a súa bleza. É guapísimo (que vou a dicir eu, claro)...

Greta apareceu tamén por unha rúa de Linares con outra galga, vagando perdida e famélica. Unha cica da asociación recolleuna e a tivo na súa casa de acollida ata que decidimos que, coma Cooper era un galgo tan bo, queriamos que tivera unha compañeira. Greta era unha galga moi medosa que precisaba do carácter tranquilo e estable de outro galgo para convivir e aprender que os humanos non son todos malos. Así foi coma despois de un  ano de que Cooper chegara ás nosas vidas e nos contaxiase desta enfermidade dos galgos, "Galguitis Aguda" (creo que lle chaman), Greta pasou a formar parte da nosa familia. Ao principio tiña moit medo de todas as persoas adultas. Só se deixaba acariñar por nenos. Pouco a pouco foi aprendendo que non van a facerlle dano e agora é a princesa do barrio xunto co seu galán. Ainda ten algo de medo dos descoñecidos, sobre todo dos homes, pero pouco a pouco o está superando e encántalle xogar con outros cans e nenos, sobre todo se teñen bocata. Na casa é moi obediente e educada, ainda que é algo patosa, sobre todo cando oe que chegas e te ven recibir coma un elefante nunha cacharrería. Non pode reprimir a súa ledicia e te atropela literalmente. Na pria corre coma unha bala e métese na auga ata o pescozo, desfrutando da súa liberdade e do amor que lle damos, ainda que ela nos da a nós moitísimo máis...

Cooper e Greta son o mellor que nos pasou con diferencia. Somos felices de telos connosco e de que nos escolleran como familia humana. Porque eu creo, como deicen pora í, que son eles os que nos escolle a nós e non teño ningunha dúbida. E por suposto gracias a GAlgos 112 pola gran labor que fan con eles e facer posible que hoxe Cooper e Greta formen parte da nosa familia.

María S. e familia
----------- VERSIÓN EN CASTELLANO ----------- 
Nombres: Cooper y Greta
Origen: Linares, Jaén (ambos)
Edad: 4 añitos (ambos)
Adoran: 
Cooper adora dormir, los mimos, jugar con niños y comer (en este orden).
Greta adora comer, jugar con otros perros y con niños, revolcarse y bañarse en la playa, y dormir (también en este orden).
Odian: 
Cooper odia el agua. 
Greta odia los garajes y los espacios oscuros y cerrados con puertas metálicas (¡vaya, qué curioso! ¿No?).
En una palabra: 
Cooper es un Galán y la delicadeza hecha perro.
Greta es un “Bulldozer pizpirieto”, ¿os la imagináis?



 Breve historia:

Cooper apareció en Linares, vagando por las calles con su pata delantera rota. Por lo visto su dueño se la vendó y lo abandonó a su suerte porque ya no le servía para cazar. Cuando le encontraron, su patita ya había soldado y se le había quedado con una deformidad que era muy difícil operar. Estuvo en una casa de acogida hasta que pasó a una de las residencias de la asociación. Allí estuvo otros seis meses conviviendo de maravilla con otros galgos, hasta que decidimos que queríamos que formase parte de nuestras vidas en Galicia y le adoptamos, hace algo más de año y medio.

Desde el primer día que llegó a casa nos robó el corazón, (y el sofá, claro), pero no lo cambiaríamos por nada. Al principio tenía miedo de los ruidos fuertes y de los hombres con gorra y bastón… (¡también muy curioso!), pero poco a poco se fue haciendo al barrio y ahora pasea todo estirado por la calle buscando los mimos y caricias de los niños y vecinos que se acercan a saludarle. Es un galgo noble, bueno y sensible. No molesta. No te enteras de que está. Siempre atento a lo que haces, es como una bailarina con su “patita de palo”. Pasea con Greta, su compañera, cual galán de cine por la calle, estirando el pecho y mostrando su belleza. Es guapísimo. (que voy a decir yo, claro).

Greta apareció también en una calle de Linares con otra galga, vagando perdida y famélica. Una chica de la asociación las recogió y la tuvo en su casa de acogida hasta que decidimos que como Cooper era un galgo tan bueno, queríamos que tuviese una compañera. Greta era una galga muy miedosa y necesitaba del carácter tranquilo y estable de otro galgo para convivir y aprender que los humanos no son todos malos. Así fue como un año después de que Cooper entrase en nuestras vidas y nos contagiase de la enfermedad esa de los galgos, “galguitis aguda” creo que la llaman, Greta pasó a formar parte de nuestra familia. Al principio tenía mucho miedo de todas las personas adultas. Sólo se dejaba acariciar por los niños. Poco a poco fue aprendiendo que no van a hacerla daño y ahora ya es la princesa del barrio junto a su galán. Todavía tiene algo de miedo de los desconocidos, sobre todo de los hombres, pero poco a poco lo está superando y le encanta jugar con otros perros y con niños, (sobre todo si tienen un bocata). En casa es muy obediente y educada, aunque un poco patosa, sobre todo cuando te oye llegar y te viene a recibir como un elefante en una cacharrería. No puede reprimir su alegría y te arrolla literalmente. En la playa corre como una bala y se mete en el agua hasta el cuello, disfrutando de su libertad y del amor que le damos, aunque ella nos da a nosotros muchísimo más.

Cooper y Greta son lo mejor que nos ha pasado con diferencia. Somos felices de tenerles con nosotros y de que nos hayan escogido como su familia humana. Porque yo creo, como dicen por ahí, que son ellos los que nos escogen a nosotros, no tengo ninguna duda. Y por supuesto, gracias a Galgos 112 por la gran labor que hacen con ellos y hacer posible que hoy Cooper y Greta formen parte de nuestra familia.

María S. y familia